Marilyn Monroe llevaba este legendario vestido blanco en la película La comezón del séptimo año de 1955. El vestido blanco de Marilyn Monroe, creado por el talentoso diseñador de vestuario William Travilla, se convirtió en un fenómeno mundial gracias a una sola escena. Fue esa escena la que hizo que el vestido pasara a la historia como un ícono del cine. En esta escena, Monroe, vestida con el famoso vestido blanco, está de pie sobre una rejilla de ventilación del metro, y el aire que sube desde la rejilla levanta el vestido, revelando sus piernas. Esta escena se considera una de las imágenes más reconocibles de la cinematografía del siglo XX. El vestido se ha convertido en un elemento inseparable de la cultura popular y uno de los trajes más reconocidos en la historia del cine.
Un diseñador poco conocido
William Travilla, aunque ya había ganado un Óscar por el vestuario de la película Las aventuras de Don Juan de 1948, seguía siendo un creador relativamente desconocido cuando comenzó a trabajar con Marilyn Monroe. Su colaboración comenzó en 1952 con la película *Don’t Bother to Knock*. Esta fue la primera de las ocho películas en las que Travilla diseñó el vestuario para Monroe. Posteriormente, afirmó haber tenido un romance con la estrella de cine, aunque esto nunca fue confirmado.
El famoso vestido blanco que Monroe llevaba en La comezón del séptimo año fue diseñado en 1955, mientras la esposa de Travilla estaba de vacaciones. Esta obra se convirtió en su mayor logro, aunque circularon rumores de que Travilla no había diseñado el vestido por sí mismo, sino que simplemente lo había comprado en una tienda. El diseñador siempre negó categóricamente esos rumores.
La escena famosa
El vestido blanco aparece en la icónica escena de la película en la que Monroe, acompañada de su pareja, sale de un cine en la avenida Lexington en Manhattan. Acababan de ver la película Creature from the Black Lagoon, cuando Monroe escucha el sonido de un tren subterráneo. Al caminar sobre una rejilla de ventilación, pregunta: «Oooo, ¿sientes la brisa del metro?», y una ráfaga de aire levanta su vestido, revelando sus piernas. La escena, aunque simple, se convirtió en uno de los momentos más reconocibles en la historia del cine.
Inicialmente, la escena debía rodarse en Manhattan, la noche del 15 de septiembre de 1954. Sin embargo, la presencia de Monroe y el equipo de filmación atrajo a multitudes de fanáticos, lo que hizo imposible continuar el rodaje. Por lo tanto, la escena fue finalmente recreada en un estudio.
Esta escena se compara con una situación similar en la película What Happened on Twenty-Third Street, New York City de 1901, donde se logró un efecto similar sobre una rejilla de ventilación. Sin embargo, Monroe en su vestido blanco era mucho más sensual y llamativa.
«La colección perdida»
Tras la muerte de Monroe en 1962, Travilla no hizo pública la exhibición del vestido. Durante años lo mantuvo, junto con otros trajes que había creado para la actriz, fuera del alcance del público. Incluso surgieron rumores sobre «La colección perdida». No fue hasta después de la muerte de Travilla en 1990 que su colección, incluido el famoso vestido blanco, vio la luz y pasó a formar parte de la colección privada de recuerdos de Hollywood de Debbie Reynolds en el Museo del Cine.
En una entrevista con Oprah Winfrey, Reynolds admitió que el vestido había cambiado de color, de blanco a marfil, debido al paso del tiempo. «Como saben, es muy, muy antiguo», explicó.
En 2011, Reynolds decidió subastar los vestidos de Monroe en una venta que se realizaría en varias etapas. Antes de la subasta, se pronosticaba que el vestido blanco se vendería por entre 1 y 2 millones de dólares. Finalmente, el vestido se vendió por la impresionante suma de 5,6 millones de dólares, incluyendo una comisión de 1 millón de dólares.
Modelo
El vestido blanco de Marilyn Monroe es un ejemplo clásico de un vestido de cóctel, hecho de un material ligero en un tono de marfil. Su diseño se ajustaba perfectamente a las tendencias de moda de los años 50 y 60 del siglo XX. El corpiño con un escote profundo, abrochado al cuello, estaba compuesto por dos capas de tela fruncida que se unían en el cuello, dejando al descubierto los hombros y la espalda.
El corpiño pasaba a la cintura, que se acentuaba con un delicado cinturón, terminado con un lazo en el lado izquierdo. A partir de la cintura, el vestido se expandía en una falda fruncida que llegaba a la mitad de la pantorrilla. En la parte trasera, tenía una cremallera y pequeños botones que cerraban el vestido en el cuello.
Cómo fue recibido el vestido y qué ocurrió después
El esposo de Monroe, Joe DiMaggio, no era fanático del vestido, pero aun así lo consideró una parte importante del legado de su esposa. En los años posteriores a la muerte de Monroe, las fotos de Marilyn con ese vestido aparecieron literalmente en todas partes. El vestido estaba en pósters, películas, e incluso en animaciones, como en la representación de Fiona en la película Shrek 2.
La revista Glamour.com consideró este vestido como el más reconocible en la historia del cine. La compañía Mattel creó una Barbie vestida con su réplica, y Marilyn con el vestido blanco fue inmortalizada en un sello postal en Somalia.
En julio de 2011, se inauguró una estatua de ocho metros de altura de Marilyn Monroe con su famoso vestido blanco en Chicago, lo que demuestra su lugar duradero en la cultura popular.
En 2016, el actor Willem Dafoe recreó la famosa escena en un anuncio de Snickers, emitido durante el Super Bowl, lo que solo subraya la popularidad duradera de este vestido.