El Cierre: ¿Cómo Revolucionó la Industria de la Moda?

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Desde el momento en que el cierre (o cremallera) debutó a principios del siglo XX, rápidamente se convirtió en uno de los mecanismos de cierre más utilizados en la ropa, solo superado por los botones. Aunque a menudo lo consideramos un elemento cotidiano y mundano, rara vez nos detenemos a pensar en el impacto profundo que ha tenido en la historia de la moda. Este sencillo dispositivo no solo transformó la manera en que abrochamos nuestras prendas, sino que también se convirtió en un elemento de moda significativo, capaz de elevar un atuendo de lo ordinario a lo extraordinario.
 

Un comienzo complicado

El viaje del cierre no fue sencillo. Cuando apareció por primera vez, muchos expertos de la época lo consideraron un fracaso. En 1893, el inventor estadounidense Whitcomb Judson presentó un dispositivo que se asemejaba al cierre moderno en la Exposición Mundial de Chicago, pero atrajo poco interés.

No fue sino hasta alrededor de 1900 que el cierre comenzó a ganar tracción. En 1914, Gideon Sundback refinó el diseño y obtuvo un contrato con B.F. Goodrich Company, un fabricante de calzado. Este contrato fue crucial, ya que marcó la entrada del cierre en el mundo de la moda. Goodrich fue quien acuñó el término “zipper” (cremallera en inglés), un nombre que ha perdurado a lo largo de los años.


 

La batalla botón-cierre

En 1937, surgió un debate conocido como la «Batalla del Botón», cuyo objetivo era determinar si los botones o los cierres eran superiores para los pantalones de hombre. El cierre resultó victorioso, obteniendo el apoyo de diseñadores franceses que abogaron por su uso en la moda masculina. Al adoptar el cierre, lo elogiaron como una innovación de vanguardia en la sastrería.
 

Un punto de inflexión en la moda

A partir de 1937, los cierres comenzaron a ganar popularidad y versatilidad, apareciendo en una variedad de artículos de moda más allá de los zapatos y los pantalones. Se convirtieron en el método de cierre preferido para los vestidos, especialmente con la llegada del «cierre invisible». Durante las décadas de 1940 y 1950, los cierres pasaron de ser meros elementos funcionales a convertirse en detalles decorativos en el diseño de moda. Los diseñadores comenzaron a incorporarlos en mangas, escotes y frentes de vestidos, permitiendo que fueran visibles y formaran parte del estilo general, en lugar de estar ocultos. Este cambio se alineó perfectamente con las tendencias de la moda que favorecían los acentos y detalles atrevidos.

Hoy en día, los cierres no solo sirven como cierres funcionales, sino como elementos de diseño importantes. A menudo se utilizan para resaltar características específicas de las prendas e introducir acentos metálicos que pueden agregar un toque rudo o masculino a la ropa femenina, especialmente en chaquetas de cuero. En la moda femenina, los cierres en los bolsillos o en áreas estratégicamente colocadas aportan un estilo metálico y vanguardista. Por ejemplo, un cierre metálico en la espalda de un vestido puede transformar un atuendo sencillo en una pieza llamativa y seductora. Del mismo modo, una falda lápiz con un cierre puede añadir un toque picante al conjunto, mientras que los pantalones de mujer suelen incorporar cierres cerca de los bolsillos o los tobillos para acentuar las tendencias actuales.
 

El impacto del cierre en la identidad de la moda

Cada prenda de moda debería tener su propia identidad y carácter únicos, encapsulando el estilo y el estado de ánimo del usuario. Los pequeños detalles, como los cierres, pueden llenar vacíos y alterar dramáticamente el carácter de una prenda, transformando algo común en algo sofisticado. Comenzando como un mero elemento funcional, el cierre ha pasado por una notable transformación, evolucionando hasta convertirse en una herramienta poderosa que los diseñadores utilizan para expresar creatividad e individualidad.

Además, los cierres pueden simbolizar liberación y empoderamiento en la moda femenina. Representan una ruptura con las restricciones tradicionales, permitiendo a las mujeres expresarse libremente. Este cambio es particularmente evidente en los géneros punk y rock, donde los cierres se convierten en una forma de rebelión, enfatizando una estética atrevida y vanguardista.

En resumen, el cierre es mucho más que un mecanismo de cierre; es un elemento revolucionario que ha transformado profundamente la industria de la moda. Desde sus humildes comienzos y escepticismo inicial hasta convertirse en un detalle de diseño celebrado, el cierre ha asegurado su lugar como un elemento esencial tanto en la ropa funcional como en la moda. Ya sea acentuando un elegante vestido o agregando un toque rudo a una chaqueta de cuero, los cierres continúan siendo una parte indispensable de nuestro armario, simbolizando tanto estilo como progreso en la moda. Así que, la próxima vez que cierres tu chaqueta o vestido favorito, tómate un momento para apreciar esta ingeniosa invención que ha cambiado la manera en que nos vestimos y expresamos.

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